Una visita al supermercado (James)

Bien, como hace poco tiempo había llegado a California decidí que era momento de comprar electrodomésticos que hacían falta y víveres para toda esta semana, tanto para mi como para Michael, el aun no llegaba, lo había dejado en casa de mis padres para que arreglara sus maletas y también para yo tener todo el tiempo del mundo en acomodar mi casa/departamento nueva.
Entre al supermercado y vi que había tanto carritos como canastas para cargar lo que desearas comprar, opte por el carrito ya que no tenia la mas minima idea de lo que iba a llevarme a casa. Después de tomar el carrito camine por los primeros pasillos que eran de electrónica y videojuegos, por el momento no me interesaba nada de eso, así que seguí caminando hasta que llegue a la zona de electrodomésticos, pensé que me vendría bien una licuadora y una tostadora.
Seguí mi camino y llegue donde se encontraban todo tipo de sartenes y cacerolas, me detuve y comencé a ver cuales me convenían, y obvio que iba a cocinar odiaba la comida chatarra, en realidad solo no me agradaba comer tanta grasa y no dejaría que Michael engordara. No mientras estuviese a mi cargo.
Tome un par de sartenes y una cacerola mediana, para cuando decidiera cocinar alguna sopa o caldo. Arrastre de nuevo el carrito mirando lo que decía cada pasillo y sin querer choque con un hombre.
-Lo..lo siento mucho..yo, no me fije por donde venía-dije mientras me llevaba las manos a la boca avergonzada.
El hombre no parecía estar molesto, y aunque lo estuviese tenia todo el derecho, yo le había dado con la parte delantera del carrito en la espalda, aunque no recordaba con que fuerza lo iba arrastrando.

Estuve como 10 minutos dando vueltas con mi auto, buscando solo donde podría estacionar mi auto. Quizás era mala idea venir en este época, bien decían que cuando era tiempo de paga, fuera quincena o ultimo, los supermercados era lo primero que se llenaba. Pero era necesario ya que en la casa no había nada para comer. Y estar comprando comida casera no era siempre bueno, y menos cuando en tu cuidado había un niño, mi pequeño.
Que por cierto, a esta hora debería estar jugando y gastando energía con su abuela. Se había quedado esta mañana con ella, ya que querían aprovechar tiempo porque pronto iría hace un viaje, de crucero o algo así me había comentado. Y le entendía, era un señora ya mayor, y solo tenía a su nieto y a mi, su hijo que siempre estaba trabajando. Así que me pareció buena idea, le ofrecía costear lo que necesitara pero ella prefería utilizar sus ahorros. Y bueno, ella tampoco tenía muchos gastos. Ya que me encargaba que así fuera.

Baje del auto, donde tuve que dejarlo bastante apartado de la entrada. Fui caminando viendo en el reloj de mi muñeca la hora, todavía era temprano. Aún así se veía todo algo lleno. Entre al supermercado tomando un carro, ya que según la lista que tenía iba hacer una comprar grande. Vi la lista un momento, reí con algo de ironía, cuando mi... Novia... Las hacía siempre me quejaba, y decía que era innecesario. Pero las cosas cambiaban, y se pegaron sus pequeños hábitos.
También, como lo era, el pasar necesariamente por todos los pasillos, siempre había algo que comprar en cada uno. Así que con la lista a la vista, empezaba a llenar el carrito con cada una de las cosas que había, y otras que se "coleaban" pero no estaban de más.
Era algo incomodo al estar varías personas ahí, ya que tenía que estar pendiente de no chocar con...- Ouch - Exclame cuando sentí un golpe en la parte de mi espalda. No fue duro, pero era algo que decía casi por instinto, y también lo hacía con mi pequeño.

Me giré para ver que, y quien, fue lo que causo ese pequeño golpecito. Al girarme se empezó a disculpar una joven, quizás entrando en la edad de adultez... - Eh.. Ya. - Dije al verla tan avergonzada. - No fue nada, además uno en la vida siempre revise golpe peores...- Dije casi sin pensarlo, aunque en era muy cierto. - Olvida eso.] - Dije en un tono algo serio. Mire al suelo un momento... - Se te callo... - e incline para tomar entre mis manos lo que fue un paquete de galletas. - Toma... Mi hijo también come de esas... Son sus favoritas. - Dije en una pequeña sonrisa al acordarme de como se ponía cada vez que se las llevaba.

El hombre solo se giro y me dijo que todo estaba bien, que no había problema, me hizo sentir mejor de cierta manera, aunque aun me sentía culpable.
Se agacho y me tendió un paquete de galletas, no me di cuenta de que se me habían caído, tal vez las había tomado de oferta en algún otro pasillo.
-Gracias-dije mientras tomaba el paquete de galletas que me tendía aquel hombre. Así que el era el que hacia las compras, me pareció genial ver a un hombre que se hacia responsable de esto, ya que recordaba que mi padre no se metía en este tipo de cosas, lo único que hacia era pedir lo que quería y dar dinero.
-Bueno, tu pequeño tiene buenos gustos, estas mismas galletas son las que nos gustan a mi hermano y a mi.
Sonreí al hacer ese comentario ya que probablemente tendría que venir de nuevo al supermercado por mas galletas ya que me las acabaría mucho antes de que llegara Michael.
Puse de nuevo el paquete de galletas en el carrito y pensé a donde moverme ya que mientras pedía disculpas a aquel hombre, las personas se atascaban en los pasillos y por el momento no tenia salida.
Así que mire de nuevo el carrito y me puse en mente lo que me faltaba por comprar, que era mucho aun, y que tenia que ver la forma de hacer todo mas rápido y fácil ya que había mucha gente y no quería estresarme con eso. Tal vez por eso dejaba que mi madre fuese a los supermercados cada que se podía ya que cuando comúnmente se acababan los víveres, era cuando era quincena, y por obviedad cuando había mucha gente.
-Dios, por que no recordé que hoy era quincena-murmure mientras ponía mi cabeza entre mis brazos que estaba recargados en el carrito

- No importa. - Dije restandole importancia al asunto, ya que lo menos que quería hoy era algún tipo de amargo, y menos si se trataba de cosas tan insignificantes como esas. Además quería ver pronto a mi pequeño, y parecía que la cola para pagar sería larga, y sin contar todas las personas que habían. En su mayoría mujeres, mujeres con sus hijos, o la familia completa. Pocos hombres había aquí, y era que pocos se dedicaban a hacer las comprar del hogar. Y yo antes era uno de esos.

- Oh, tu hermanito... Si, son buenas galletas. - Bueno, no era de comer muchas galletas, solo cuando Daniel quería que las comieras... Y ese pequeñín sabía como convencerme. Me sorprendió el hecho que ella estuviera haciendo las compras. Yo a su edad ni me gustaba acompañar a mi madre a hacerlas, y menos ir yo solo. Exceptuando cuando se trataba de ir a una bodega o algo, no había que pasar por todo este supermercado.
Deje que la muchacha pasará primero, aunque no se iba a encontrar con mucho ya que al final había un atasque, en parte porque estaba llegando la cola para pagar, que como suponía, era larga. Mientras el estante y tome lo que era algunas latas que había, ya que solía utilizarlas mucho. Había aprendido a cocinar, pero no era un chef.
Me logré colocar a un lado de la misma joven muchacha que se había acomodado. No pude lograr evitar soltar una pequeña carcajada por lo que dijo. No duro mucho, pero lo fue. - Cuando los víveres hacen falta, se tiene que aguantar lo necesario. - Dije ladeando la cabeza. Y mirando al frente, necesitaba conseguir las lo que era la salsa de tomate, la mayonesa, y todo y más estaba al frente. Se me ocurrió algo. - Oye... Necesito un favor. Que nos puede veneficiar a los dos. - Le mire a la muchacha.

-Lo se-respondí al comentario que había dicho aquel hombre, y era verdad, tenia que aguantarme aquí, o aguantarme a comer comida chatarra Atrato-Es solo que dios, si odio venir, imagínate como estoy ahorita-Suspire profundamente y me prepare para un largo día en el supermercado, que era lo que no quería. Saque de mi bolso una pluma y una hoja de mi pequeña libreta y comencé a anotar lo que me faltaba, solo lo necesario y ya después vendría por lo demás, lo único que me importaba ahora era salir de aquí, no aguantaba estar con tanta gente y menos si parecía trafico, de ese que te encuentras cuando sales en tu coche por las mañanas y debes pasar por zonas escolares. Aunque muy pronto yo debía pasar por eso.

Mire de nuevo la gran hilera de carritos, hice cara de terror con solo ver a todas esas personas. Tenia que anotar en un calendario cuando podía venir a las compra y organizarme para que todo durara el tiempo suficiente, si creo que eso es lo que voy a hacer llegando a casa.

-Claro, dime-dije sonriendo, aunque la verdad me estaba comenzando a estresar. Atenta a lo que me dijera aquel hombre, bien creo que si me veía demasiado desesperada.-con tal de salir rápido de aquí, seré feliz

Saque un momento y de nuevo la lista que tenía en el bolsillo de la camisa, y tache lo que ya tenía. Viendo que aún me faltaban varias cosas. Pero lo esperaba, contando que apenas iba por uno de los primeros pasillos, si no contábamos los electrodomésticos.
Bueno, yo ya tengo tiempo acostumbradome a esto. - Dije en respuesta. Exactamente tenía como casi dos años, viniendo para hacer las compras, aunque mi madre era que me había ayudado ese tiempo. Y al principio era así, no aguantaba estar aquí cuando había tantas personas. Pero luego me iba resignando, pero ya sabía que cuando me tocaba estos días, lo que me esperaba.

Se le veía tan aburrida y estresada al estar aquí, y era normal. No tenía mucha edad a juzgar por su condición, y posiblemente su madre le fuer indicado que fuera. Yo a su edad estaba pendiente de otro cosa, excepto de comprar. - Bueno, sabes que siempre he notado que uno se queda estancado con los carritos en las filas. - Empece a explicarle. - Si dejamos los carritos fuera de los pasillos, y vamos por las cosas necesarias... Evitamos estancarnos. La cuestión es no dejar los carritos solos. - Le di la idea para que fuera imaginándose a lo que quería llegar. No era tan difícil. Nos turnábamos y listo, cada uno obtenía lo que iba a querer... - ¿Si vas entendiendo? - Además eso lo hacia yo... Lo hacíamos antes, las pocas veces que venía con.. Ella.

Vaya, esa idea, nunca se me hubiese cruzado por la mente, creo que jamás seré buena haciendo compras, soy fatal para eso, sobre todo cuando vengo sola. Tal vez hasta debería de venir acompañada.
-Me parece bien-dije mientras trataba de mover mi carrito fuera de este atascadero. Cuando llegue a un lugar libre espere a que llegara... emmm no sabia su nombre, por ahora le diré aquel hombre.
Me di la vuelta para verlo de frente, y seguí anotando en la hoja lo que me faltaba, aunque no fuese tan necesario, al fin y al cabo, aun tenía tiempo, y todo iba a ser mas rápido.

-Si quieres comienza tu, al fin tu lista ya esta terminada ¿no es así?-dije riéndome, ya que realmente no sabia ni que mas iba a escribir yo en la mía-Yo me quedare aquí.
Mire de nuevo la hoja y comencé-Haber galletas.. ya... cereal.. no.. jabón.. shampoo.. detergente.. suavizante.. yogurt..leche..pan para sándwich.. jamón.. atún.. mayonesa...diablos

Seguí anotando y dándome una idea de donde se podría encontrar cada uno, para hacer mi camino mas eficaz. A veces me ponía a pensar, como es que mama se tardaba solo una hora en hacer las compras para una semana de una familia de cuatro, y regresar lo mas calmada posible, y eso que siempre iba en quincena. Bien, esto lo iba a hacer algún día, para mis propios hijos, así que estaba bien que viniera a hacer esto.

- Excelente. - Dije cuando acepto la idea. De igual forma moví el carrito hacia atrás, ya que más adelante era que había problema... Esto le hacía competencia al tráfico de la cuidad. Aunque en el auto uno tenía aire frió, buena música, más comodidad. Y aquí, apenas el reproductor de música cumplía eso, pero no tenía de esos aquí porque a veces podían desconcentrarme. Solo los utilizaba para hacer ejercicio, y sin embargo iba con Daniel.
-Esta bien, también si quieres algo te puedo hacer el favor... - Dije con tranquilidad. Deje el carrito cerca de ella, y ella anotando en la lista. Parecia nueva en esto, lo que me hizo pensar porque su madre no se la había hecho. Era lo más lógico.
Lo que me, lo que había en esta hilera, era los envase de salsa tomate, salsa para pasta, mayonesa, mostaza, y tantas otras cosas, y sus distintas marcas. Así que empece con tres botellas de cada una, llenándome los brazos y manos, así era un poco complicado pero era más mejor que estancarte más de lo debido.
Pase con cuidado llegando donde estaba el carrito... Sin poder evitar hacerle la pregunta. - ¿Es la primera vez que vienes sola? - Empece a acomodar las cosas con cuidado, ya que unas era de vidrios. Creo que de esa hilera no me faltaba nada. - Te ayudo si quieres a buscar tus cosas. - La verdad al verla tan menuda, lo pensé.

-No muchas gracias, ve tú, aun me sigo haciendo bolas-dije regresando a mi lista. Me recargué en ambos carritos para no cansarme de estar parada y con la cabeza inclinada escribiendo.
Cuando regresó y comenzó a llenar el carrito, con salsa de tomate, mayonesa..etc.

-Si tomas en cuenta el hecho de que soy nueva aquí y que es la primera vez que vengo sin una lista que me ha hecho previamente mi madre, si es la primera vez que vengo sola, y mírame, soy un desastre-dije sin aun poder terminar la lista. Tome mi pluma y me rasque un poco la cabeza, en verdad no recordaba bien lo que decían las listas de mama, solo recordaba lo que pedía papa que era lo que siempre debía encontrar, crema para afeitar, rastrillos para piel sensible, y eso no lo iba a comprar, en primera yo no me rasuraba y Michael estaba aun muy pequeño para eso. Me reí un poco recordando como Michael jugaba con la crema para afeitar de papa, parecía un Santa muy pequeño y flacucho.


-Si, me gustaría mucho, es que aun no ubico donde esta cada pasillo, si pudieras solo decirme donde esta cada cosa, te lo agradecería bastante-dije sonriendo. Me hice para adelante, para que el tomara mi lugar.

-Bien, ya se donde se encuentra la mayonesa, ahora vuelvo.
Me encamine al pasillo de donde el había venido y tome una mayonesa mediana, un par de latas de salsa de tomate para pasta ya que a Michael le encantaba comer pasta. Regrese a los carritos y acomode poco a poco lo que traía en brazos. Dispuesta a cambiar de lugar con el ahora

No pude evitar soltar una pequeña carcajada. La verdad la joven podría resultar algo cómica si la veía desde él punto de vista de mi persona. Pero dudaba que estando en el de ella así fuera... No se le veía así, y sabía bien que era estar en su posición.
- Disculpa la verdad. No fue muy educado de mi parte. - Tenía tiempo sin haber disfrutado de situaciones así, y es que en cierta parte ella me recordaba a mi, en mis primeros días de padre soltero. Mi madre había sido de gran ayuda, pero desde luego yo por mi "independencia" siempre lo quería hacer solo, y aguantarme mi estres solo. - Me has recordado a... Cuando yo también venía solo por primera vez. - Le confesé para que no pensará mal. - Era difícil.

- Verás que es solo cuestión de acostumbrarse. Y cada vez recordarás en cada supermercado siempre se arreglaran las cosas de similar manera. - Le comente con tranquilidad, para luego ocupar su lugar y dejar que fuera por sus cosas ella misma que así lo quería.
No tardo mucho en tomar sus cosas, por lo que solo me dio tiempo fue para revisar en mi teléfono el mensaje de mi madre, que venía en parte de Daniel informándome que no olvidara sus galletas, lo que me saco una sonrisa.
- Vaya, rápida. - Dije luego tomando el carrito que me correspondía. - También pues... Algunos tienen algún cartel o letrero que marcan que productos venden en cada pasillo. - Le estaba ayudando con cosas sencillas, y con apariencia relajada.

-Sí, jejeje-su expresión me había dado un poco de gracia.
-Y también ya había oído a mi madre decir eso, cuando no estaba abierto en el que siempre comprábamos, pero yo nunca me fijaba como estuvieran acomodados, solo en lo que debía comprar.-me reí de lo absurdo que había sonado pero era la verdad. Cuando termine de acomodar las cosas, tome de nuevo el lugar, para que el fuera por sus respectivas cosas.
La lista rara que había hecho decía que aun faltaban DEMASIADAS cosas, pero sabía que podría con eso, el señor me ayudaría en lo que pudiera.
Espere a que regresara, y mientras tanto veía lo que decían algunos letreros y veía lo que había anotado en la lista.
De los más cercanos que tenía estaban, cereales, galletas, lácteos y Papel higiénico.
Y pues como ya había tomado galletas, ese pasillo estaba descartado, pero de todos los demás si tenia que tomar algunas cosas. Me estaba memorizando donde estaba cada pasillo, ya que ahora debía venir cada fin de semana a comprar lo que hiciera falta, y para entonces no estaría el señor para ayudarme.
Cuando volvió le hice una pregunta que tal vez fuese un poco incomoda-¿Y cuantos años tiene su pequeño? -no se ni por que lo pregunte, después me sentí un poco culpable, tal vez lo había incomodado demasiado.

- Es normal eso, no te fijas en esas cosas hasta que te toca ir por ti mismo y comprobar no era tan fácil como parecía, ya que a veces hasta que se olvidan algunas cosas, o piensas que ya tienes y resulta que no es así... Y tiene que salir de nuevo a comprar. - Dije recordando lo que antes me había pasado. O cuando era joven, que mi mamá no tenía la economía suficiente y tenía que estar pendiente de cumplir cierto limites en la compras. Tantas cosas, y que ahora valoraba. ladea la cabeza un poco saliendo de aquellos pensamientos.

Luego volví a ir hasta las hileras, tomando el papel higiénico que le gustaba a Daniel por sus figurillas, el papel para la cocina, el cereal y otro paquete de galletas, que no compraba mucho porque sino no lo iba a aguantar luego con tanta hiperactividad. Entre otras algunas cosas más, llenándome las manos hasta no poder más y asegurándome de que no me faltará nada.
Volví de nuevo colocando las cosas en mi carrito, haciéndole un gesto que podría ya ir ella. Antes de ello me gire a verla en su pregunta sobre mi pequeño... - Ehmm 3, tienen tres años. - Dije algo incomodo ante la pregunta. Aunque en las mujeres era muy normal entablar conversaciones aquí y contarse ese tipo de cosas... Yo no lo hacía, pero sin embargo me había involucrado en esta conversación con ella. Y lo sabía porque .. Ella.. Lo hacía. - ¿Y tu hermanito? - Le devolví la pregunta con apenas una pequeña sonrisa.

-Si, pero ya debo comenzar a fijarme en eso-dije, mientras le sonreía sin muchas ganas ya que esa idea me volvía loca, pero sabía que lo lograría..algún día.
Subraye lo que podía encontrar en los pasillos para no tener que buscarlos mientras estuviese ahí y no perder tanto tiempo.
-Tiene once años, pero se comporta a veces como un niño mas pequeño-dije mientras recordaba como se ponía Michael cuando me veía con Christopher, odiaba que estuviera con el, tanto así que podía llegar a fingir un dolor horrible de estomago, aunque yo sabía que era mentira, servía para recordarle que no debería comer demasiados caramelos.
Solté una enorme carcajada cuando, me imagine la cara de Michael al negarle los caramelos, ese niño no sabía fingir que estaba molesto. Me quería demasiado para enojarse conmigo. Pero para ser sincera no me agradaba la idea de que el se comportara así con Chris, aunque por dentro entendía como se sentía, y jamás me cansaré de repetirle que a el nunca lo voy a dejar de querer.
Me encamine ahora hacia los pasillos y comencé a tomar lo que había subrayado en la lista, cereal, papel higiénico, y otras cosas mas, aunque esta vez mis manos no podían mas y unas cuantas cosas se me cayeron por suerte no eran de vidrio. Regrese y acomode lo que me quedaba en los brazos en el carrito.

- Ya te dije, al final acabas acostumbrándote. - Le dije en tono relajado, para que no se preocupara tanto. A pesar de notarse un poco joven, las mujeres siempre tenía ese instinto... Cosas femeninas. Estaba seguro de que a nosotros nos costaba más acostumbrarnos a esto que a ellas.

- Vaya... 11 años. Es una etapa un poco difícil, de ahí para adelante. Bueno, eso depende ya que cada uno tiene sus diferencias... Unos más rebeldes que otros. Y cada uno es difícil, por eso digo que una de las carreras compleja es el del docente que tiene que estar día a día con los niños. A veces son un dolor de cabeza, pero vale la pena. Ellos lo valen. - Hable un poco de más ya que estaba expresando mis pensamientos diarios. Cuando tenía que estar con los niños que causaban mayor problemas. Y era como un psicología para ellos, ya que consideraban la "dirección" como el mayor de los castigos. Y en parte lo era.

Luego espere que regresará, viendo el carrito como empezaban a llenarse, pero aún faltaban cosas... Siempre salia con el carrito lleno hasta más no poder. Pero era necesario para no venir tan seguido aquí. Al acomodarme vi de reojo que estaba recogiendo algunas cosas, pero ya estaba de regreso cuando iba en su camino. Me atreví a ayudarla a acomodar para que no le volviera a ocurrir.

- Entiendo. Tiene buena conexión entre ustedes. - Asentí un poco pensativo por sus palabras. Daniel por ahora era un chico que a pesar de no tener madre, era travieso como cualquier otro y curiosos. Por no rebelde ni nada de eso, y siempre me hacía caso. Me respetaba y eso era algo que era notoria, y lo cual agradecía mucho. Aunque eso no quietara lo difícil que era el criar a un hijo solo. Me preguntaba como sería cuando creciera, esperaba que no fuera tan difícil no como otro jóvenes. El ser director me había topado con los más rebeldes cuando hacía de sus travesuras y tenían que hablar conmigo sobre sus acciones... - Es bueno esas conexiones, yo nunca tuve hermanos, pero me llevaba bien.. Con mi madre. - Dije. Aunque siempre fue un niño y adolescente rebelde, y le debo a mi madre que me halla soportado.

Cuando hizo la pregunta suspire un poco... - Pues si, lo veo siempre y a cada hora. El estudia en el colegio en el que soy director y lo visito a su salón cada que puedo, aunque sea solo para verlo.. - Sabia que hasta muy sobre protector se podría escuchar, pero era la verdad.
Luego de haberla ayudado fue yo por las cosas, ahora eran los artículos básicos de limpieza, aunque de eso se encargaba la señora de limpieza le dejaba las cosas. Además nada más la señorita iba una vez por semana así que entre semana yo sabía algo superficial... Ya que la casa siempre estaba en buen estado higiénico. Luego lo acomode en el carrito y espere que ella fuera de igual forma.

Me llamo un poco la atención lo que dijo referente a su madre. Quizás porque a través del tiempo había escuchado de historias así, aunque era de una manera distinta porque se trataba de chiquillos aunque sabía que hacer en situaciones así... Pené siempre me ayudaba ya que ella era la psicóloga, a parte de una de las menores amiga que pude haber tenido.
- ¿Por que? Digo, ¿como había sido la manera que tu esperabas? - Pregunte en tono relajado, aunque mi rostro fuera un poco serio. Sabía que era una pregunta personal, más de las que ella se había atrevido a realizar con anterioridad. Y no estaba en posición de responder, pero no perdía mucho con intentarlo... Esperaba yo que fuera así.

- Si, el Sunnyside. - Comente, quizás algo arrepentido por haber realizado el comentario... No quería acaparar la conversación con eso, ni nada por el estilo. Lo veía como un trabajo como cualquier otro, doctor, policía, contador... Cada uno tenía una responsabilidad fuerte, este en especial por los pequeños: los jóvenes del futuro. Mucho cuidado con el personal, y papeleos... Todo eso, pero no estaba del todo solo. Además había sido como un sueño hecho realidad en parte. - Es un poco conocido por aquí... Y por ello paso tiempo con mi hijo, claro sin distraerlo de sus actividades. A veces cuesta porque le gusta estar mucho conmigo... Pero ya se ha ido acostumbrando