Our own baticave {Bubble}

Me encontraba en ComiCastle, una tienda no muy grande de cómics, era algo así como un paraíso personal a pesar de no ser tan espaciosa como uno desearía, era mas grande que la mayoría de otras tiendas de la misma temática, además de que tenían casi cualquier número o cómic que se te ocurriera, sin dejar de lado las novelas gráficas, mangas, litografías y figuras de acción. Era ahí donde pasaba gran parte de mi tiempo junto con Bubble. Esa tienda se había convertido en un punto de referencia para ambos, siempre quedabamos de vernos ahí para ir después a algún otro lado, aunque a veces se nos pasaban las horas recorriendo y hojeando todo lo que pudieramos ver y olvidabamos cualquier otro plan que tuvieramos en mente. Incluso conocíamos a los empleados de ahí y no dudabamos en incluírlos en nuestros debates sobre ciencia ficción o cualquier otra cosa que tuvieramos en mente en ese momento.

Hacía ya un par de años que habíamos descubierto ese lugar, recuerdo que estaba lloviendo y buscabamos donde escondernos de la lluvia y fue cuando llegamos frente a ese local, que en nuestra mente, al menos en la mía, lucía majestuoso, como una salvación prácticamente con cantos angelicales de fondo. Entramos y a pesar de que la lluvia paró nos fue imposible salir de ahí, la música de fondo no era exactamente cantos de ángel una vez adentro, era mucho mejor, pudimos reconocer todas las canciones que pusieron durante las horas que estuvimos ahí. Desde entonces se convirtió en NUESTRO lugar, algunos tienen cafeterías, otros bares pequeños, nosotros una tienda de cómics.

Estando en esa tienda incluso olvidaba que tan retrasada estaba ella mientras yo esperaba su llegada. En ese momento estaba muy interesado hojeando un tomo de Marvel Zombies. Era como una biblioteca privada, la tienda casi siempre estaba vacía y en silencio, y cuando había alguien se trataba de algún coleccionista o algún otro aficionado como nosotros. Ese día solo había un hombre de unos treinta años mirando las figuras de acción y un chico de unos veintitantos hojeando las novelas gráficas. Fue en ese momento que escuché la campanilla de la puerta sonar y miré en dirección a la misma para verifícar si se trataba de Bu o no. Había mirado ya unas tres veces y nada, pero no me molestaba del todo, ya que mi atención estaba muy centrada en el cómic frente a mi.

Esa mañana había sido la peor de mi vida, todo empezó a las 9 am, cuando me enteré de que mi hermana había estado jugando con mis figuras de zombies y ¡Oh! Había destrozado dos de ellas. Luego de eso, baje para el desayuno, y ¿Que es lo primero que veo? A mi perro mordiendo el número 7 de Supergirl. Y para terminar, mi madre, en una de sus ideas para "contribuir a la sociedad", regaló mi retrato de Charles Xavier, el conocido padre de los mutantes. Y todo eso en una sola mañana. Luego de unas palabras de mi madre, diciendo que no exagerara, me duche y saqué dinero de mis ahorros, tenía que reponer esas cosas, y empezaría por el comic. Tomé mi bicicleta, me puse mi playera de flash, y me fui, no sin antes pedirle el auto a mi madre, aunque ya esperaba su negativa, porque aún no tenía edad para conducir. Me puse mi casco de aviador, con grandes gafas incluidas, montando hacia el ComiCastle, dispuesta a recuperar esa séptima edición. Si bien esta tienda quedaba lejos de mi hogar, valía la pena, no importaba cuando tardara, aún más si era pedaleando para llegar.

El recuerdo de esta era borroso, el día que llegamos junto con Andy apenas y lo veía en mi mente, recuerdo que llovía, que yo buscaba un café, pero mi mejor amigo dejo de hacerme caso cuando llegamos frente a la tienda. Lo observe curiosa, parecía en trance, uno que solo entendí cuando yo también analicé el edificio. Pensar que había desperdiciado mis días en cafés y parques cuando este lugar quedaba en mi misma ciudad, a 30 minutos de mi casa si iba en carro. Entramos, ahí estaba todo, era el paraíso mismo. Y desde ese día no dejábamos de ir, ya fuera para comprar o solo para tener un punto de encuentro, algo nerd o freak, como quieran llamarlo, pero para nosotros es solo genial.

Luego de 40 minutos de pedalear llegué a la calle de la tienda, completamente exhausta, realmente necesitaba beber algo. Guardé mi bici con candado en la acera y caminé hasta la tienda, no sin antes comprar un raspado de moras azul en la tienda del frente. El lugar casi siempre estaba vacío, no había muchos coleccionistas por la zona, se podía decir que Andrew y yo eramos los que más tiempo pasábamos tras esos estantes maravillosos. Al mover la puerta hice sonar la campanilla, y luego el raspado, notando lo poco que quedaba, alcé la mirada de mis zapatillas amarillo fosforescente y sonreí al notar quien estaba ahí. Caminé rápidamente hacía el y le di un beso en la mejilla -Hola Andy- lo saludé, mientras comenzaba a rebuscar entre los comics lo que yo estaba buscando.

Sonreí al darme cuenta de que en realidad se trataba de Bob. -Hey tú.-Correspondí a su saludo con alegría, no era como si llevaramos mucho tiempo sin vernos, en lo absoluto, la acababa de ver apenas el día anterior en el colegio, y después de eso habíamos salido a comer helado. Prácticamente la veía a diario, siempre estaba en su casa o ella en la mía, algunas veces solo nos separabamos para irnos a dormir a nuestra propia casa e incluso a veces pasabamos la noche juntos mirando películas o jugando videojuegos.

Mientras ella se ponía a rebuscar entre los cómics miré de nuevo el tomo que tenía frente a mi y luego a su rostro nuevamente, pude adivinar que hasta el momento su día no iba del todo bien, a veces me daba un poco de miedo lo bien que podía distinguir y leer su mente por medio de sus expresiones faciales. -Mal día ¿eh?-Le pregunté mientras me ponía a su lado y rebuscaba entre los cómics con ella. No parecía algo increíblemente malo, pero si había pasado algo que la molestara en gran escala, ya me enteraría de que era lo que había pasado, un incidente familiar seguramente, como en la mayoría de los casos. Pude notar también que estaba buscando algo en específico por la forma rápida en que pasaba cada uno de los números.-¿Qué estamos buscando exactamente?-Le pregunté mientras me detenía y miraba al frente con curiosidad al darme cuenta de que no tenía la mas remota idea de que era en realidad de que estaba buscando,''vaya idiota'' me dije a mi mismo en el interior.

Había pasado ya un par de colecciones de Superman y la Liga de la Justicia. E incluso un par de números de SuperCan, acepto que me sorpendí mucho al verlos e incluso hice un gesto de burla y sorpesa, aunque últimamente hacen cómics y novelas gráficas de casi todo. Cosa que a veces resulta triste al ver lo malo que es su contenido, pero al mismo tiempo causa una sensasión agradable saber que la industria nerd está ganando popularidad entre los inversionistas. Miraba ocasionalmente a Bubble mientras seguía pasando las publicaciones entre mis manos, pero en especial veía las que ella pasaba en caso de ver algo que llamara mi atención.

Sonreí a medias y asentí con la cabeza, era extraño como el siempre sabía lo que pasaba o lo que sentía, sin yo tener que decir palabra alguna, creo que cuando pasas tanto tiempo con una persona, vas aprendiendo a leer sus expresiones. Fruncí ligeramente el ceño, arrugando la nariz -Mi figura de zombie, la de la chica rubia, muerta- suspiré y me erguí, mirando hacia el frente -Mi cuadro del profesor Xavier, desparecido, mi mamá lo regalo- apreté ligeramente el comic que tenía en mis manos, no sabía de que era, no había visto la portada ni nada, pero en esos momentos necesitaba apretar algo. Suspiré y me mordí la mejilla por dentro -Y mi Supergirl número 7, echa comida de perros- bufé y negué con la cabeza, volviendo mi vista a los estantes.

Solté el comic, era el número 5 de Herc, un superheroe o villano, realmente no lo sabía, jamás había leído uno de esos, era nuevo a decir verdad, me pregunté si debería comprar un número, leerlo y ver que tal, pero no, ese día no podía. -Así que vine a reponer el comic y tal vez compré..- lo pensé unos momentos, mirando las demás publicaciones, -Nada, no traigo dinero encima- suspiré algo triste, detestaba tener que comprar las ediciones dos veces, por eso las cuidaba tanto, según mi madre era obsesión, y según yo era, sí, tal vez era obsesión. Pero ¿Como no obsesionarse con esas cosas? Comics, juegos de video, zombies, todo lo que normalmente la gente piensa que es "raro", realmente, es lo máximo. Mi más reciente obsesión es el recién adiquirido F.E.A.R 3, hacía poco que salió a la venta, y no dude en correr a comprarlo, si bien no era mi juego favorito, es bastante bueno.

Sacudí mi cabeza, me sumía en conversaciones conmigo misma muy seguido e ignoraba lo demás. Lo mejor era buscando, había cosas que realmente me gustaban, Earth X, Thor, Flash, otras que eran más bien ridículas, como las de SuperCan que había pasado Andy. Volví mi mirada hacía el unos segundos, sonriendo, para después centrarme en la búsqueda -Y a ti, ¿Que te trae por estos lugares?- rodé los ojos, la pregunta sonaba como si jamás viniera o como si a el no le gustaran estas cosas, pero en fin, conversaciones son conversaciones.