Las vacaciones no duran eternamente [Mia]

'Buenos días California desde RADIOKISSFM! Buenos para unos, malos para otros! Las vacaciones de verano estan llegando a su fin y comienza un nuevo curso escolar! Mirad el lado bueno, ahora tendrán que ser los profesores los que se encarguen de los niños, llegó el descanso papás!'' Una sonrisa se dibujó en mi rostro mientras aparcaba mi Mustang en la calle más comercial de la ciudad donde pensaba comprar algunos materiales para la clase que mañana tenia pensado impartir. El curso comenzaba como bien había rezado mi radio antes y ahora era nuestro turno.

Bajé del coche colocandome bien los jeans que tendían a enseñar más de lo que debían. El sol reinaba, nadie diría que el verano estaba llegando a su fin. Las terrazas de los bares y cafeterías estaban totalmente llenas y se respiraba un ambiente agradable y tranquilo.

Mi mirada se dirigió hacia la terraza de una cafetería donde tan solo quedaban dos mesas vacías y opté por antes de comenzar a mirar lo que necesitaba, tomar un café para despejarme un poco la mente. Me senté esperando a que viniera la camarera que no tardó apenas nada y pedí mi capuccino matutino. Con canela y chocolate espolvoreados encima de la nata.

Las vacaciones estaban a un paso por acabarse, sobretodo después de un largo viaje en el que junto a mi hermano había tenido que hacer varios papeles y ayudarle con los dolorsos preparativos para el funeral de mi madre, allá en Francia. Y una vez de vuelta a California, había tenido que ir a inscribir a Sunnyside a Helen, ya que en las vacaciones había cumplido sus 3 años y ya podría asistir al Kinder.

Luego de esto, tendría que ir a las tiendas a por los distintas cosas que ella usaría en sus clases: dicho ya sea, la lista de los útiles escolares y una que otra cosa que me había pedido ella. Empezando la mañana, me había vestido con unos vaqueros claros y una blusa suelta de un color claro también, perfecto para un día caluroso y bastante agotador. No había querido llevar a la pequeña pues sabía que iban a haber muchas personas por las tiendas y luego me daría una vuelta por la universidad.

Y como si no fuera poco, en mi cabeza retumbaba aquella pregunta que Alex me había formulado unos días atrás y que no había sido capaz de responder, porque tenía que pensar muy bien las cosas. Suspiré profundamente dandome cuenta que no me había tomado mi tiempo para desayunar así que un café no iría nada mal, por lo que entré a la primera cafetería quitándome los lentes de sol y dejándolos a un lado. Me senté en una de las mesas vacías, o más bien la última porque la otra ya había sido ocupada casi minutos atrás. Busqué en mi bolso una vez el bb que había empezado a vibrar, un tanto distraída.

Spoiler:

La camarera se apresuró en traerme el Capuccino bien caliente y cremoso en menos tiempo del que esperaba. Le agradecí con una sonrisa pícara y le pagué el pedido más aparte algo de propina por las buenas formas. Me vi echándole el azucar al café cuando alguien ocupaba la mesa que se encontraba un poco más adelante que la mia.

Enorme fue la sorpresa al ver quien había tomado asiento en dicha mesa. Ella. Hacía más de 3 años y medio que no nos veíamos desde aquella noche en la que por primera y última vez coincidimos en una fiesta de verano. No sabía realmente como actuar. Se veía estupenda, preciosa como mis ojos la recordaban o incluso más todavía.

Había tratado de ponerme en contacto con ella pero despues de aquella noche me fue imposible. Tal vez no le gusté lo suficiente como para seguir viendome, algo que en realidad me resultaba extraño puesto que tuve la sensación de que una de sus mejores amigas me estaba literalmente prohibiendo verla de nuevo. Tomé un pequeño sorbo al capuccino y lo dejé sobre la mesa dispuesto a captar su atención. -¿Te apetece desayunar conmigo?- Dije enarcando una ceja esperando que su mirada se encontrase con la mía. Apenas 2 metros separaban nuestras mesas.

La tentativa idea de desayunar un rico chocolate caliente apareció cuando la camarera me dijo que también tenían aquello. Por lo que dejé de lado el querer un café tan solo por hoy, para cambiar de rutina tal vez. Observé en la pantalla del bb la llamada perdida de Alexander y decidí mejor esperar a que volviese a llamar cosa que cuando lo hizo, contesté al tiro.

Jugueteaba con una servilleta entre los dedos mientras la observaba, hablando con él hasta que sonreí ante la idea de mañana ir a la universidad con él luego de dejar a Helen y de asegurarme de que estuviera tranquila y no se asustara, o menos que llorara. Aunque dudaba que lo hiciera ya que era bastante independiente, pero no sabía qué tal iba a tomar las clases en Sunnyside.

Alcé la mirada y me quedé fría, cruzando mis ojos con los azules que me observaban. -"Em...tengo que colgar, te llamo luego si?"-dije aún hablando con Alex pero con mi mirada posada en él. Se le veía...más guapo. Obviamente, los tres años pasados le habían hecho más que bien. Me sobresalté cuando la camarera llegó con mi chocolate caliente y le agradecí, aún observándolo. -No...gracias-respondí negando con la cabeza y frunciendo levemente el ceño, observando mi chocolate. De pronto aquel apetito de desayunar se me había ido del todo, como también las ganas de estar en ese lugar.

Tras su respuesta negativa no pude más que soltar una pequeña risa por lo bajo y tomar con cuidado mi capuccino para ser yo quien se cambiase de mesa esta vez colocandome en la suya justamente en la silla que se situaba enfrente. -Está bien, ya me cambio yo... no te preocupes- Posé mi capuccino en la mesa y la observé torciendo uan sonrisa algo sarcástica mientras intentaba captar el porqué de ese comportamiento tan irritable.

-Ha pasado mucho tiempo verdad? Cuanto? Algo más de 3 años y medio?- Pregunté mientras mis dedos golpeaban la taza del café sin apartar la mirada de la morena. -Mia, verdad? No olvido un nombre, y mucho menos una cara...- Quizá despues de aquella noche que habíamos pasado juntos Mia no quería volver a saber nada de mi debido a las habladurías o tal vez a que mi expediente mujeriego no era el más normal. -¿Cómo te van los estudios? No te queda mucho para terminar, verdad?- Ella era más joven que yo, yo ya tenía mi licenciatura en magisterio y suponía que a ella no debía de quedarle mucho para terminar lo suyo. -El mal humor suele acompañarte siempre? O es tan solo que no tienes buen despertar?- Trataba de romper el hielo al mismo tiempo que intentar averiguar porque se encontraba tan distante dando una imagen contraria a cuando la conocí por primera vez.

Y yo, que había creído que simplemente él notaría la hostilidad en mis palabras y se haría a un lado dejando al olvido el hecho de hablarme, me hizo recordar a que era Alan con quien estaba "hablando". Alan DiCottli, aquel chico con el que en efecto, tres años atrás había terminado pasando una noche en una de las fiestas de un amigo cariñoso de mi mejor amiga. Aquel chico que ahora si no calculaba mal contaba ya con unos 26 años aproximadamente y hasta ya se podría encontrar trabajando.

Mordí mi labio inferior sin poder evitarlo manteniendo mi mirada en la servilleta y en mis dedos sin querer alzar la mirada. Tenía miedo de que su mirada siguiera causando aquel mismo efecto de ésa noche, que hiciera más preguntas de las normales...o que mi intento de olvidarlo completamente fracasara justo en ése dia que recién empezaba.

-Tres años y sí, un año para acabar[b]-suspiré pensando en que un año más y podría acabar con Medicina, aunque claro esto requería los otros dos años de especilización. Bebí un poco de chocolate tratando de ocultar una mueca, logrando que me quemase un poco los labios y me llevara la servilleta a estos tratando de disimular mi error y despiste. Alcé una ceja mirándole-[b]Mi humor depende de las personas con quien me encuentre-murmuré ladeando con la cabeza y dándole a conocer que claramente mi humor había cambiado cuando me había encontrado con él. Con lo que sabía y con lo que me había enterado años atrás, no tenía ni las mínimas intensiones de preguntar acerca de su vida y menos yo tener que contarle de la mia porque no sería necesario.

Se sentía incomoda, era evidente pero por el contrario a mi la situación me parecía de lo más divertida porque sin saber el por que, ella estaba nerviosa. Sentía como cierto atisbo de nerviosismo la estaba delatando aunque lo que realmente me preocupaba eran sus palabras. ¿Qué podría haberle hecho para que se comportase así después de 3 años? Si mal no recordaba nuestra química había sido palpable desde el primer minuto que pasamos juntos, incluso al finalizar la noche nos despedimos con un profundo beso acompañado de una sonrisa. Pero cuando traté de buscarla dias posteriores no iba todo lo bien que esperaba, quizá ocurrió algo que yo desconocía y ahi estaba la razón. No volví a verla hasta el día de hoy. Extraño pero cierto.

-Te recordaba más agradable, simpática y espontanea- Dije haciendo una mueca jocosa profundizando mi mirada azul sobre la suya marrón intensa. -Porqué te comportas así conmigo? Hice algo que en su día te ofendió o quizá molestó? Porque creeme, ni era mi intención y tampoco sentí que lo que hicimos no te gustara....- Mis palabras sonaban sinceras pero algo sarcásticas. Aquella noche Mia lucía radiante, y sentí que deseaba tanto como yo aquello que ocurrió entre ambos. -¿Estás bien?- Pregunté algo preocupado ya que sus ojos no me inspiraban la alegría a la que me acostumbró aquella noche.

-Ya no tengo diescisiete años, Alan-suspiré, ya que tenía aquel día presente como si simplemente hubiera sido ayer. O cuando me enteré que estaba embarazada, mi mejor amiga me había dicho que sería mejor decirle a Alan...eso claro fue antes de escuchar las crueles palabras y noticias provenientes de la mejor amiga del chico ya que después tanto la idea de mi mejor amiga como la mía sobre él cambió virtiginosamente de una forma tan peligrosa...que había decidido no contarle sobre lo que me pasaba. Y no era de menos, si la situación no hubiera sido esa hace tres años o al menos si hubiera sabido que sería un buen padre para Helen, que empezaría a madurar...bueno, las cosas habrían sido diferentes y aquí estaba hoy, completamente desprevenida ya que no tenía en mis planes encontrarme con él.

Tratando de dirigir mi mirada hacia un lado, mis ojos lograron ver a un chico buscando con la mirada y cuando me pudo observar, sonrió por unos segundos. Luego la sonrisa se transformó en una pequeña mueca al ver que había alguien acompañándome. Él se acercó a la mesa y me dio aquel típico beso de buenos días, el cual me olvidé completamente de devolver debido a su inesperada aparición. Hubo un silencio incómodo que se apoderó de nosotros por unos segundos hasta que sentí la necesidad de romperlo. -Hum... Alex, él es Alan...Alan, Alex-miré a Alex por último sabiendo que él sabría el por qué de mis facciones para nada cómodas.

Miré cuando estrecharon las manos conteniendo con todas las fuerzas un suspiro que quería salir por si solo, sintiendo aquella tensión que tenía desde que Alan había aparecido y desde que la mirada de Alex me decía perfectamente que había entendido perfectamente frente a quién se encontraba, que era Alan el padre biológico de Helen y que por lo tanto no lo sabía. Era ese sentimiento de estar ocultándole a Alan el hecho de que con él tenía una hija, pero eso era todo, Helen, y sabía que con ayuda de Alex haríamos todo lo posible para que no pase algo que deje que hombre aquí presente se enterase de la paternidad de mi hija.

-Bueno en realidad él no es mi...-me quedé callada cuando escuché a Alan dirigirse a alguien que se encontraba detrás mío. Me giré levemente al escuchar el nombre "Erin" encontrándome con una chica rubia que al parecer había cambiado mucho desde la última vez que había sabido de ella. Abrí los ojos sorprendida cuando se dirigió a mi-Claro que la conosco...ummm...-ni siquiera me molesté en saludarla, pues el cómo me había hablado me decía por norte, sur, este y oeste que no me quería cerca de ella.

Escuchando lo que dijo Alan, fruncí levemente el ceño completamente confundida. ¿Él me había buscado? ¿Le había importado...? Algo estaba pasando aquí y no me cuadraba. Ella me había dicho hace más de tres años que no me acercara a Alan pues él no tenía planes de tener una hija y menos con una chica a la que había conocido solamente en una fiesta. Pero él mismo había dicho que me había estado buscando...
Alex tomó asiento a un lado mío de modo que por debajo de la mesa le di una pequeña pisada a su pie sin hacer mucha fuerza, solo para darle un pequeño aviso de que no deberíamos de decir nada en falso. Alex también estaba confundido al igual que yo lo estaba con las palabras de Erin y Alan. Pero ella sabía que yo tenía una hija, y de alguna u otra forma su última pregunta la sentí en doble sentido. -No, no somos novios...-Alex ladeó con la cabeza adelantándose-Pero estamos bien, a diferencia de ti eh? te noto algo nerviosa, Erin.

-Es cierto Erin, te ocurre algo? Te percibo tensa, nerviosa y algo inquieta... qué te incomoda?- Me parecía bastante raro el comportamiento de Erin, incluso me parecio extraño que Mía dijera que ya la conocía, era algo que no podía todavía atar en mi mente. -No sabía que os conociais...- Comenté algo dubitativo mientras trataba de deducir porqué Erin me había ocultado que conocía a Mia.

-Pero ... nos conocemos solo de vista, de vernos por el campus universitario, nada más Alan...- Una de mis cejas se enarcó a modo de sorpresa puesto que precisamente no era esa respuesta lo que yo esperaba. Dejé por un momento de mirar a Mia y dirigí mi mirada hacia mi compañera. -Entonces porqué cuando te pregunté si sabías donde podía encontrar a Mia me dijiste que no la conocías pero que alguien te había dicho que se había ido del pais?- Ni siquiera sabía si Mia o Alex estaban al tanto de mi conversación con Erin, pero ya comenzaba a sospechar que mi vieja amiga había metido sus zarpas en el asunto entre Mia y yo.

-No deberíamos hablar esto aquí cariño, mejor en tu casa- Dijo ella de forma avispada componiendo una sonrisa angelical como si el asunto no fuera con ella. Erin tendía a comportarse así cuando no le interesaban mis interrogatorios o cuando podía percibir que sus respuestas se quedaban sin argumentos o salidas. -Bueno..- Susurré y fruncí el ceño algo confundido observando a Mia nuevamente intentando intuir si ella tenía idea de lo que Erin decía o era yo el único que no se estaba enterando de nada. -Entonces eres soltera, Mia?- El rostro se me transformó en una sonrisa intencionada al conocer que ese tal Alex no era una gran preocupación para mi en ese momento.

-Puede que lo sea, pero al chico se le ve interesado en ella.... a si que hazte a la idea de que tú ya no le interesas- Erin trataba de sonar bromista o chistosa pero a mi me estaba tocando la moral en ciertos sentidos. Celos? Por supuesto, Erin no soportaba que yo pusiera mis ojos en otras mujeres que no fueran ella.

-Si, de vista...o bueno, una que otra vez ella fue a mi casa -me parecía extraño que Alan se extrañase tanto que fuésemos conocidas debido a que Erin era menor que Alan y solo un par de años mayor que yo, y con la forma de socializar que tenía ella y no sabía si seguía teniéndola, pues en California llegabas a conocer a muchas personas en muy poco tiempo. -No soy muy buena con las despedidas, supongo que ahorré eso cuando me fui-me alcé de hombros suavemente con el ceño fruncido, sabiendo que Erin era la mejor amiga de Alan a estas alturas no podía creer que también estuviera ocultando la razón de mi viaje.

Posé mi mirada en Alex unos segundos que me mostró una sonrisa un tanto cómplice, pero yo no sabía si sonreír o no: tenía en parte miedo de lo que podría Erin decirle ya que ella sabía todo de todo. Nuevamente, cuando iba a responder, esta vez fue Erin quien se adelantó. Ésa no iba a ser mi respuesta en absoluto, pero suspiré e hice un amago de levantarme. Alex me dió un ligero apretón y yo lo miré tranquilamente, levantándome.- Enseguida vuelvo, voy al baño-dije dejándome guiar por mis pies ya que sentía que mis pensamientos estaban en algún universo paralelo tratando de atar cabos extraños. Por el rabillo del ojo pude ver que la chica de cabellos rubios también se levantó y caminó nada disimulada hacia el baño. Una vez que entré, me topé con el gran espejo observando que estaba algo pálida. Y,cuando Erin hizo acto de presencia, no hice más que girarme hacia ella-Eres una mentirosa, Erin-murmuré sin poder quedarme callada-¡Me dijiste que no le interesaba! Qué rayos te hice para merecer tu odio en ese entonces?

La rubia mantenía la mirada fija en Mia. Sus ojos desprendian celos, odio, envidia, coraje, incomodidad ante su presencia. -Qué hiciste? En serio me estás preguntando que qué hiciste?- Bufó algo alterada mientras caminaba de un lado hacia otro en el baño sin quitarle la mirada de encima. -Si, te mentí, y te mentí porque estoy enamorada de Alan desde que tengo razón de ser, y tú no hiciste más que pasar una noche, SOLO UNA NOCHE con él! y fue lo suficiente para que él quedase embelesado como un autentico idiota desesperado por volverse a encontrar contigo. Crees que me iba a arriesgar a perderlo?- Su rostro se tornó en una sonrisa pero bastante amarga, Erin estaba siendo sincera, pero lo que sus palabras tenian de sinceridad, también lo eran de venenosas. -Acaso a ti te gustaba más que para un simple juego Mia? Porque hasta donde yo se, Alan no es el prototipo de chico para ti, para una chica inocente y tranquila... Y no le he contado nada de tu embarazo porque estaba totalmente segura de que si se lo contaba, saldría corriendo y lo dejaría todo por ir contigo. Alan es así. - Si lo que Erin pretendía era asustar a Mia hablando así de Alan, posiblemente no lo iba a conseguir, o quizá quería dejar claro como era realmente su mejor amigo... pero sin equivocarse a la hora de marcar territorio. -Ahora es tarde Mia, y si tratas de decirle a Alan algo de nuestra conversación, le diré que tiene una hija y tardará muy poco en quitártela, él tiene muchisimo poder adquisitivo y su familia una gran posición en la jet set... A si que piensalo dos veces antes de querer contarle algo sobre mi mentira para contigo- La rubia se dirigió hacia uno de los grifos y mojó una de sus manos para despues llevársela a la nuca. Comenzaba a sentirse nerviosa, Erin realmente tenia un gran problema obsesivo con Alan, tan solo ella lo sabía y quizá ahora Mia también debido al comportamiento de esta. -Lo has visto? Es bello, verdad? Cada año que pasa se torna más perfecto... Y yo lo quiero Mia, por eso no quiero que te entrometas entre él y yo, vale? Podemos llegar a ese acuerdo?-

La escuché en completo silencio, a sabiendas de que todo lo que me estaba diciendo era lo que no había sido capaz de decir hace años pero...¿es que acaso aquello podría haber cambiado las cosas?
-Una persona no maneja el hecho de enamorarse, Erin! Tú crees que a mi no me gustaba? Que simplemente iba a ser un chico con el que pasé una noche y nada más? Yo no elegí quedar embarazada, no me arrepiento de tener a mi hija pero lo que sí me arrepiento es haber hecho caso a un comentario como el tuyo, a una tremenda mentira que tuve que soportar por culpa de tus celos.
Todos decían aquello, que Alan no era el prototipo de chico con el cual debería de estar. Mi mejor amiga le había internamente odiado por lo que supuestamente él había hecho así que yo tambié le odié, pidiéndole que por favor no le dijese a nadie a dónde me había ido. Ése año fue el más duro que tuve debido al nacimiento y a los constantes desacuerdos entre mi padre y mi madre.
-Cuando vine aquí yo no planeaba encontrarme con él. Ni siquiera había pensado en que el padre de mi hija estuviera aquí y no en otro lugar gracias a su familia y los beneficios de esta. -y caí en la cuenta entonces, que si En algún momento Alan se enteraba del hecho que le había ocultado que tenía una hija...las cosas no irían para nada bien. Como ambas lo habíamos dicho, Alan no se quedaría con los brazos cruzados y el miedo de que me quitara a Helen me horrizó.
Mi idea sobre contarle a Alan sobre aquello se esfumó completamente, quedando reducida a solamente un punto en alguna parte de mis pensamientos o cosas por hacer.
Suspiré volviendose a mirar en el espejo y encontrándome con la penetrante mirada de Erin. -Como te dije...no tenía ninguna intención de encontrarme con Alan pero si él se llega a enterar que tiene una hija, no será por mi-dije ladeando con la cabeza soltando un suspiro con un temor marcado.

Me acerqué también para limpiarme un poco el rostro y refrescarme un tanto: la conversación tanto para ella como para mi no nos había sentado para nada bien...aunque bueno al menos a mi no. Tenía esa ligera sensación dentro de mi que la única cosa que ella quería era mantenerme alejada de Alan pero...¿Es que acaso no lo habíamos estado ya? Alejados casi tres años? Yo viviendo alejada de él por un completa mentir de la cuál ella era culpable y yo también por haberle creído y haberme ido del país sin avisar?

Suspiré profundamente negando con la cabeza cuando me ofreció el pintalabios, secándome el rostro y mirándome en el espejo para que no se notase nada. Salí del baño sin avisarle a Erin {ya que no tendría por qué hacerlo} y caminé hacia la mesa en la cual pude observar a Alan, que mantenía su mirada posada en algún otro lugar de la cafetería y Alex, que observaba el café con un semblante preocupado y extrañado. Me senté al lado de Alex a lo que él me preguntó "¿Todo bien?" y asentí con la cabeza levemente, observando a Alan en silencio segundos después. Seguía sin creer lo que acababa de pasar, me sentía en parte alegre por saber que le había importado a Alan aunque sea un poco luego de la fiesta...y mal porque había un pequeño secreto que Erin, Alex y yo conocíamos y del que Alan no tendría por qué enterarse.

Había pasado todo el tiempo que las chicas se habían ido al baño hablando con Alex sobre deporte. Habiamos intercambiado diferentes sensaciones sobre los temas de más actualidad y el chico me había dejado claro que ahora mismo su gran prioridad era Mia. Me molestaba que tratase de marcar el terreno cuando ella no estaba pero su actitud podría interpretarla de varias formas. La que más me interesaba era que si él estaba preocupado por hacerme saber que Mia era más de él que de cualquiera, bien podría ser que estaba intranquilo, inseguro porque seguramente Mia le ha hablado de mi.

Salí de mis pensamientos cuando la vi aparecer. El gesto de su cara había cambiado, tenia un brillo extraño en los ojos y una pose de preocupación y angustia contenidas. No quise preguntarle nada porque ya lo había hecho el aspirante a novio que tenia al lado. Giré mi mirada y vi como Erin se acercaba y tomaba asiento nuevamente. La situación me pareció un tanto extraña por lo que sin pensarlo me puse de pie y me acerqué a Mia tomando su mano y despues susurrarle un - ven conmigo - para alejarnos de la mesa donde nos encontrabamos hacia un lugar algo más intimo. No muy lejos habia un parque con bastantes arbustos que daba intimdad a quienes lo requerían. -Qué te ha hecho Erin? Puedes contármelo...- Le dije preocupado porque sabía que Erin era algo obsesiva y estaba cien por cien seguro de que algo había ocurrido en el baño.
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-¿Ves? Se la ha llevado! Delante de nuestras narices! Cómo es que todavía no estais saliendo de forma oficial? Deberiais ser novios!- Le recriminó Erin a Alex mientras respiraba algo agitada. -Ella caerá... es Alan, ella va a enamorarse de él estoy segura!! A qué esperas para ir tras ellos? Yo ya la he amenazado en el baño! -

Ni bien me senté en la mesa pude notar que segundos después Erin hizo acto de presencia y se sentó nuevamente al lado de Alan como antes. La observé unos segundos y ella mostró una de esas sonrisas falsas a las cual no logré devolver y menos tenía intensiones de hacerlo. Suspiré profundamente apoyando un codo en la mesa y dirigiendo mi mirada hacia Alex quien miraba extrañamente a Erin sabiendo por ende que algo no iba para nada bien: yo conocía esa mirada y por lo tanto sabía que se estaba conteniendo las ganas de preguntar.

Por otra parte, Alan se levantó desprevenidamente y cuando quise mirarlo él me tomó por la mano. Al principio me negué tratando de volver a mi sitio pero suspiré dejándome llevar por su mano ya que no me cabía de otra: tenía que hacerle pensar que no ocultaba nada y que nada había pasado allí adentro con Erin, en el baño. Llegamos al parque que no estaba muy lejos y caminamos un poco hasta que me detuve tras su pregunta. Mi hermano toda la vida desde que era muy pequeña me había dicho que era una muy mala mentirosa y por ello casi nunca me había preocupado en mentir, porque era de más. Y ahora, con Alan allí...

-Sólo...conversamos, sobre cómo van las cosas ahora y qué ha cambiado-ladeé con la cabeza observando un viejo árbol cuyas hojas se estaban secando-Y nada más, supongo-trataba por todas las fuerzas de no mirarle a los ojos ya que sabía que si hacía esto él podría descubrirme de una manera más que fácil.

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Alex siguió con la mirada a Alan y Mia que se dirigieron al parque, para luego escuchar lo que la chica rubia frente a él tenía qué decir. -Lo sé, lo sé! justamente ayer se lo pedí pero me pidió que le de un tiempo para pensarlo-dijo quejándose un poco por el cómo la chica le hablaba. Frunció el ceño cuando dijo que la había amenazado-¿Has hecho qué? Sabes que has metido la pata en eso, eh? Amenazarla... tampoco soy tan cruel y obsesionado como tú como para hacer eso-la miró desaprobatoriamente.

Mia me dio una explicación bastante floja sobre lo ocurrido con Erin en el baño. Tomé su barbilla y la alcé para que me mirara directamente a los ojos, podía intuir que no me estaba contando toda la verdad puesto que no era capaz de mirarme fijamente. -Puedes decirme la verdad, no voy a contarselo. Se perfectamente que te ha hecho pasar un mal rato ahi dentro y puedes decírmelo, no iré a recriminarle nada y tampoco le contaré que me lo has dicho- Profundicé con énfasis mi mirada sobre la suya y de forma automatica una sonrisa liviana se dibujó en mi rostro conforme memorizaba con mis ojos cada uno de sus rasgos faciales. Habían pasado 3 años pero se mantenía igual, algo más mujer, pero igual al fin y al cabo. -Se perfectamente que Erin es una persona bastante posesiva, maniatica y algo obsesiva, a si que lo que me tengas que contar no va a sorprenderme, hasta incluso me esperaría que te haya amenazado de algún modo-

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-Alexander, qué estas tratando de decir? No te das cuenta? Si la he amenazado es para que no le cuente a Alan que yo le mentí! Porque dejame que te diga una cosa... Si yo hace 3 años no le llego a mentir a Mia sobre Alan, posiblemente ellos dos ahora etarían juntos y tú mirando desde lejos... yno como estas ahora, a punto de convertirte en su pareja. Por tanto no te permito que vengas con juicios de moral sobre lo que está bien y lo que está mal... Si el sigue cerca de ella, jamás te dirá que si... tienes que alejarla de él cuanto antes- Erin a pesar de ser una chica emocional e impulsiva también poseía una mente fria y calculadora. Sabía que movimientos debía de realizar en cada situación y preparaba sus tretas con todo tipo de detalles y sumo cuidado para que estas funcionasen. Erin consideraba a Alan como alguien de su propiedad a quien no estaba dispuesta a compartir y mucho menos con aquella que tiene una hija de él.

No podía permitir ponerme nerviosa, al menos claro no en frente de él y que pensase que aún podría haber algún sentimiento entre nosotros. No quería mentir a nadie...¿O es que acaso no quería mentirme a mi misma? Suspiré sin mirarle a los ojos...error.
Mi mirada se posó sobre sus labios unos segundos y tuve que obligarme a mi misma rápidamente a subirla hacia sus ojos, justo como Alan quería que lo hiciese. Fruncí levemente el ceño y negué con la cabeza.
-No te estoy mintiendo, es la verdad...me puso al tanto de qué es lo que había pasado estos años y...-me detuve sabiendo que nuevamente estaba siendo una mala mentirosa. Jugueteé con mis dedos ladeando la cabeza, sin saber cómo empezar y sin mi voz sonase triste o algo por el estilo-Luego de la fiesta, por razones...personales, tuve que irme del país. Erin y yo hablamos en ese entonces, me enteré que era tu mejor amiga y le pregunté por tí y ella me dijo que simplemente perdía el tiempo pensando en tí, porque yo no te interesaba. Y...luego, ya no hubo algo que me impidiese irme...-alcé la mirada obervando como el viento agitaba a los árboles y sus ramas.
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Alex no pudo evitar lanzar una risa burlona-Lo has hecho por tí, Erin. Porque estás obsesionada con él. Yo sé una cosa de Mia: ella es débil. Y lo digo porque fácilmente la puedes convencer de que te diga algo si le prometes algo a cambio. No voy a participar en este tipo de juegos, al menos no contigo porque si lo hago yo sé que tanto tú como yo terminaremos mal. Le dejaré simple a ella, si es que aún siente algo por él tendrá que arreglar sus sentimientos por sigo misma y ella decidirá si quiere o no ser mi novia. Pero eso, no puedo obligarla a base de amenazas como las tuyas-Alex probó un poco del chocolate caliente de Mia y curiosamente, ese le supo más que amargo. Y no por falta de azúcar claro.

Mi gesto tras sus palabras no fue de sorpresa, no lo fue basicamente porque me imaginaba que Erin podría haber tenido algo que ver en que Mia no hubiese dado señales de vida ante mi. La notaba nerviosa, bastante incómoda por lo que me estaba contando y algo preocupada. -No voy a decirle nada de esto- Le dije para que de un modo u otro sirviera en parte por tranquilizarla. -¿Quieres saber algo? ... Ella me dijo a mi que tú no tenias ningun interes conmigo, que tú buscabas a un hombre serio, maduro y que no tuviera el expediente amoroso que yo tenía a mis espaldas... Despues me dijo que te irías del pais por estudios- Vacilé durante unos instantes mirándola a los labios. Deseaba con todas mis ganas besarla, habían pasado 3 años pero mi atracción hacia ella seguía intacta, incluso podría decir que se había incrementado en gran magnitud. -Despues de aquella noche ... - Alcé mi diestra para acariciar su mejilla despacio apartando un pequeño mechón de pelo- Te busqué , incluso a los pocos dias logré dar con tu mejor amiga la cual me pidió que dejase de ir tras tuyo, que ni te interesaba y mucho menos habias pensado en mi- Rei desplazando con lentitud mi caricia hacia la comisura de sus labios, rozándolos de forma liviana pero intencionada. La deseaba. - Y claro... Yo pensé... NORMAL! -Exlamé con gracia -Mia es una chica tranquila, dedicada y madura, como iba a pretender conocer más y mejor a alguien como yo?- Suspiré casi como desahogo y sonreí -Si hubiera sido por mi, hubieramos llegado más lejos a partir de aquella noche.. - Mis últimas palabras sonaron casi como un susurro pero que ella podría percibir sin problemas.

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-Oh vamos, en serio.... CUENTAME OTRO CUENTO! Alex... De verdad no te importa? Estas loco por ella y te da igual que un tio al que hace 3 años que no ha visto se la vaya a llevar de tu lado? No tienes sangre en las venas? - Erin no lograba entender como Alex no era capaz de reaccionar ante la situación. Estaba claro que no era su novio y mucho menos su dueño, pero ella pensaba que al menos debería de marcar territorio, hacerse notar o de respetar. Mia acababa de irse con la persona que casualmente menos le convenia a él.

Trataba de por todas las fuerzas no hacer un movimiento en falso debido a la peligrosa cercanía con la que nos encontrábamos él y yo, allí en medio del parque y a la vista de muchas personas que caminaban de un lado a otro. Tenía mis brazos levemente cruzados sobre mi estómago mientras le escuchaba con total atención, buscando posar mi mirada en cualquier lugar menos en sus ojos azules e hipnotizantes luego de haberle contado algo que no debería de haberle dicho. -No le digas a Erin, por favor Alan...-susurré tratando de que no notase del todo el tono temeroso de mi voz. -Te busqué, pregunté por tí...por Alan DiCottli en la universidad y cometí el más grande error de descubrir quién era tu mejor amiga y sobretodo en creer todo lo que me dijo sobre tí, que no eras para mí y yo no era para tí, que merecías a una personas más...más de tu estilo y no una chica que se pasase día y noche estudiando-suspiré levemente sonriendo pero de manera triste sin poer evitarlo. Ambos habíamos sido alejados cruelmente por una chica y sus celos, y ninguno de los dos estábamos contentos por ello... o al menos yo no, pero sabía que no debía de hacer nada. No podía hacer nada, si quería evitar que separasen a Helen de mi.

Me tuve que separar al sentir como algo vibraba en el bolsillo de los vaqueros y cuando en la pantalla vi quién era, observé a Alan unos segundos. -Emm...disculpa...-me giré sobre mis talones escuchando ni bien contesté la voz de la nana de Helen hablarme bastante asustada. Suspiré cuando escuché a qué se debía, pues no era algo tan grave como me había temido. -Sabes que no puede comer canela...-me detuve entonces para recordar-Sí, claro que sí, el frasquito de polaramine está en la mesa de noche...ajá, son las pequeñas-y cuando terminé de darle las indicaciones me volví hacia Alan pensando en que debería ya de ir a casa.

Definitivamente el destino nos habia jugado una mala pasada a mi y a Mia. Erin siempre habia sido una chica celosa y manipuladora que cuando tenia en mente que algo podía ser suyo actuaba de esa forma sin pensar en las consecuencias. La parte buena era que tanto ella como yo habíamos podido aclarar nuestras diferencias y lo ocurrido. No me parecio extraño que Mia me pidiese que no le contara nada a Erin, es mas, sabía que me lo pediría puesto que mi compañera es una mujer bastante visceral y posiblemente si se llega a enterar iría tras Mia sin dudarlo - No te preocupes, esta conversación queda entre nosotros- Comenté con una sonrisa y vi como su telefono comenzaba a vibrar y ella despues atendia. Parecía ser que alguien había sufrido alergia por la canela y debía de consumir las pastillas... era extraño, era como si tuvieran a alguien al cuidado.

Tras colgar el telefono sonreí, casualmente a mi solía pasarme lo mismo. -Sabes qué? Yo soy alérgico a la canela! Incluso el polaramine dejó de hacerme efecto hace tiempo, es que soy un adicto a las galletitas con canela ... a si que imaginate como me pongo cuando termino de darme el atracón con ellas... alguien de tu familia no puede tomar canela tampoco? Creeme, es fastidioso cuando para colmo te gusta.- Observé que quizá Mia quisiera irse a su casa, o de regreso con su .. amigo ALex. - Tienes que irte?- Pregunté con tranquilidad. --Si tienes que irte no te preocupes... quieres que mantengamos contacto?- No quería que volviera a desaparecer de mi vida, no ahora que la habia vuelto a ver.

Una vez que logré tranquilizar a la nana de Helen, colgué la llamada volviendome hacia Alan el cual me miraba bastante sonriente y extrañado a la vez. Le escuché y no pude evitar quedarme congelada ante lo que decía, hasta que luego tuve que obligarme a mi misma a cambiar las facciones de mi rostro por otras más despreocupadas y que no me pusiesen en prueba o algo así. ¡Así que era él! Helen había reaccionado mal a la canela desde muy pequeña cuando le había dado unas galletitas de canela y entonces mi mamá, mi papá y mi hermano nos habíamos puesto en búsqueda de algún alérgico en nuestro arbol familiar y no habíamos encontrado a ninguno.

-Sí..lo sé, debe de ser fastidioso-dije sin saber qué decir buscando por todas las formas evitar a la pregunta sobre qué familiar mío era alérgico a la canela al igual que él. Me llevé el cabello hacia atrás y ladeé con la cabeza. -Sí...tengo que volver a casa, venía a hacer unas compras pero supongo que puedo hacerlas luego-le expliqué, observando el camino por donde habíamos venido que nos llevaría nuevamente a la cafetería. -Yo...no creo que sea lo correcto, después de lo de Erin...tú la tienes muy cerca, ella fácilmente puede enterarse de cualquier cosa-bajé la mirada unos segundos-tal vez regresar ha sido mala idea, Alan, pero...supongo que en algún otro momento nos volveremos a encontrar-empecé a caminar en dirección contraria, regresando a donde estaban Alex y Erin-Vienes?-me giré levemente mirandole por el rabillo del ojo, sintiendo como mi corazón levemente se encogía por haberle en otras palabras dicho que no.